¿Cuál es tu "Talón de Aquiles"?
- Mariana Esquivel
- 24 jul 2016
- 2 Min. de lectura


Aquiles o Aquileo, “el de los pies ligeros”, hijo de Peleo y Tetis, el más valiente entre los griegos, el principal protagonista de la Ilíada de Homero, el mejor soldado de la Guerra de Troya. El invencible. ¿El invencible?
Hay muchas versiones, estamos ante mitos que datan de muchos siglos. No todos coinciden en la invencibilidad de Aquiles. Pero, sin duda, por algo en nuestra sociedad judeo-cristiana-occidental se sigue hablando del Talón de Aquiles. ¿Por qué?
La madre de Aquiles, Tetis, una nereida o deidad del mar, fue educada por Hera, esposa de Zeus. Tetis creció, se hizo muy bella y, Zeus entró a seducirla (¡qué previsible este Zeus!). Ella por fidelidad y respeto a quien la había educado, no accedió a los requerimientos de Zeus y se casó con Peleo con quien tuvo a Aquiles. Como era una diosa del mar, le concedió un regalo a su hijo: la inmortalidad. Tetis tomó al niño del talón derecho y lo sumergió en las aguas del río Estigia. Sí, exacto, lector: le quedó sin mojar esa parte de su divina humanidad. Resulta que Paris, el más bello pero el más cobarde, mata a Aquiles con una flecha guiada por Apolo que dio justo en su talón derecho.
Fin del cuentito.
Como cuentito está bueno, pero como analogía de lo humano, está aún mejor. ¿Será que todos, absolutamente todos, tenemos ese “Talón de Aquiles”, ese territorio en el que somos vulnerables y que la fortaleza consiste en saber cuál es? Fijate que he dicho en saber cuál es y no en que los demás lo ignoren porque me parece un gran desgaste pretender negarlo ante el mundo. Siempre nos encontramos en la vida con “Paris” que será muy pelotudo pero tiene esa capacidad guiada por “Apolo” de darte la flecha donde sabe que sucumbirás.
¿Los hijos son los “Talones de Aquile”? Por lo general, sí. Pero viendo las últimas noticias de política y corrupción, hay personas que no tienen ningún problema en entregarlos contaminándolos con su propia mierda. ¿El dinero? ¿El poder? ¿El amor de un hombre? ¿El amor de una mujer? ¿Perder protagonismo? ¿Descubrir que no eras tan importante como creías? ¿La belleza física? ¿El control de tus pares, amigos y familia? ¿Tu salud? ¿Tu mundo emocional que no se rige por cálculos matemáticos y que es un constante desafío transitar? ¿Los mandatos sociales que te fijan pautas rígidas para sentirte parte?
Aquiles fue un guerrero, jefe de los mirmidones quienes dejaban toda su fuerza, capacidad y destreza en el campo de batalla. La imagen que elegí para este texto es la de quien muere en la lucha con coraje y valentía. Somos guerreros vulnerables. Nada me resulta más patético que escuchar: “Ah, mirá vos, a mí me vienen con tal o cual cosa, nada más ni nada menos que a mí que soy blablablá”. ¿Y por qué no a vos?, pregunto. Si todos los que construimos este mundo somos humanos, estamos hechos de la misma “masa” y, “Homo sum, humani nihil a me alienum puto” (Nada de lo humano me es ajeno) Ergo: todos tenemos un Talón de Aquiles. ¿Cuál es el tuyo?
Alejandra Araya
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