¿Cómo funciona el despecho?
- Mariana Esquivel
- 22 may 2016
- 2 Min. de lectura
Pilar, mi madre compró la Pronto que fue leyendo desde San Juan a Córdoba sentada en el SOCASA de mediodía. De modo que llegó con todo el material estudiado y nosotros que la estábamos esperando (o, mejor dicho, los estábamos esperando pues viajaba con mi padre), atentos al horario y a que estuvieran bien, preguntando cómo estaba, nos responde:
-¿Viste que la Pampita anda con este ahora?
Y yo le contesté sí, sí, ahá. Llovía en La Falda, eran las ocho de la noche y no estaba para comentarios rialescos. Pero ahora que caigo en la cuenta, reflexiono y pienso en aquella columna que escribí en febrero sobre quién sería la mejor madrina para la Fiesta del Sol. O por qué Pampita y no la China Suárez.
Le sigo dando una vuelta más de tuerca, pienso en que hace muchísimo, allá lejos, en febrero de este año, Carolina andaba con el nieto de la Señora Televisión menos conocido como Nacho Viale. Y ahora con este ex tenista que a mí se me confunde con Gastón Gaudio por la melenita, vio?
Mi vieja cuyo único novio fue mi padre y que ya cumplió 51 años de casada, afirmó refiriéndose a la Ardohain.
-No sabe dónde está parada.
Grave no saber dónde se está parado. A mi humilde entender y porque lo he experimentado en mi vida, un gran error es negar el dolor. Porque si uno no lo acepta difícilmente pueda trascenderlo. ¿A qué llamo trascenderlo? Que lo podás ubicar en algún lugar que vos sabés que está pero no te jode nunca más.
Vuelvo a Pampita. A mí me huele a esas mujeres despechadas que están muy enojadas por los cuernos que le puso el marido y más aún, porque al marido le va muy bien con la nueva, que nada de aquellos presagios agoreros se cumplieron y no saben cómo remar con su ego. Tengo muchos ejemplos cotidianos, de gente no famosa que aunque hayan pasado años y se hayan puesto de novias, y hayan llegado a un arreglo por la división de bienes, no han podido dar el salto y saber dónde están paradas.
Un mes atrás, mientras Pampita estaba en Miami, su ex la llamó para comunicarle que la casa familiar en Chile se había vendido, y que tenía una semana para retirar sus pertenencias. Según lo acordado en la separación, ya que no estaban casados, Vicuña cubre la manutención de los niños, que incluye la contratación de cuatro mucamas, el chofer que Carolina considera fundamental para mantener el standard de vida de los chicos, el pago del colegio, la obra social y 10 mil dólares de cuota alimentaria, solicitados por la abogada de la modelo, Ana Rosenfeld. También se supo que el padre de Benjamín le había regalado un Porsche a la modelo, que no fue reclamado en la separación.
¿Tendrá razón la Pilar?
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