Contaminación en Chalja
- Mariana Esquivel
- 19 may 2016
- 1 Min. de lectura
Yo, lo único que sé, es que eso de andar pateando las puertas y esperando a la gente cuando llega a las casas para que voten así o asá, para que digan que hay tal o cual cosa en el río cuando no hay, a mí, me huele a podrido. A contaminado me huele, a echar porquería en la cabeza de la gente y llevarla como las cabras p´al corral. Es como hacerse el enfermo para que le den licencia en el trabajo pero no está enferma la persona, es para irse a manyinear con los amigos por ahí. Que es eso lo que hace ahora el Robertito, mi hijo, todo el día en la cama. Pero no por enfermo, sino porque no tiene trabajo. Antes, tempranito, borcego, casco y ropa e´grafa. Prolijito, hermoso. Cuando el Robertito trabajaba arreglamos la casa, le pusimos el piso y ahora no se me llueve por la membrana que alcanzamos a poner. El Robertito se estaba por comprar el auto y a la Eulogia le iba bien con la venta de pan y semita, hasta un horno pizero había comprado. Y así, Chalja, un primor con el trabajo. Si un colectivo, dios nos libre, choca en la ruta porque el colectivero se durmió y se muere gente. ¿Van a prohibir para siempre el transporte público de pasajeros? No, a mí no me vengan con esas, don periodista. Mire, la verdad, es que sí hay contaminación en Chalja. Tienen razón, después de todo. Pero no está en el río, sino en la boca de algunos vivos que se hacen los más protectores.

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