Crónicas Jurídicas Nivel ascensor.

Había una vez, hace mucho, mucho tiempo, en un país muy, pero muy lejano, una mujer que subía el ascensor del castillo medieval del Gran Tribunal. La puerta del elevador abierta, tres personas adentro. Una cuarta que era la Jueza Ero Ero Chocolatero y la mujer que entró. La Jueza dijo: -No, no entramos. -Es para 5, ahí está el cartel (Mujer dixit) -No, no entramos. Es que ud tendría que haber pedido permiso. La mujer la miró comprendiéndola. Debe ser muy aburrido el trabajo de juez. Primer piso, la Jueza bajó. Y los empleados del Gran Tribunal, comentaron: -Es que está enojada con la vida. Entonces, al mejor estilo Tato Bores y aquel antológico: “La Jueza Barú Budú Budía, la Jueza Barú Budú Budía, la Jueza Barú Budú Budía es lo más grande que hay”, la mujer recitó: La Jueza Ero Ero Chocolatero se quiere desenojar Aquel que la desenoje Buen desenojador será.